Esta traducción

Para la presente traducción se ha seguido fielmente la edición prínceps de 1627–1628, que se encuentra disponible en la librería digital de la Biblioteca Nacional de Francia (https://gallica.bnf.fr/ark: /12148/bpt6k57848w.image). Hacemos así nuestro el criterio de Hervé Béchade1, quien, después de estudiar las variantes del Berger extravagant y de la Histoire comique de Francion, concluye que tanto en uno como en otro hay que tener en cuenta las primeras ediciones, pues los textos pierden en las sucesivas (303).

Se ha respetado la división en tres partes de la publicación original, que las fracciona, a su vez, en libros. Las dos primeras partes, publicadas en 1627, constan de seis libros cada una y la tercera, ya de 1628, contiene los dos últimos y las Remarques [Apostillas] a cada uno de los catorce libros en caracteres más pequeños, lo que proporciona a los tres volúmenes una extensión similar, en torno a novecientas páginas en papel de la época. Cada una de las partes lleva numeración independiente en el original; sin embargo, al traducir este en un texto único, se ha optado por paginar de seguido.

Se ha desestimado acometer la traducción de las Apostillas porque no hacen sino volver por enésima vez sobre las acciones de los personajes, las historias contadas o las críticas vertidas, ahora desde el yo del autor y no por narrador o personajes interpuestos. Eso no significa restarles valor para la historia de la crítica literaria, novelesca fundamentalmente; por otra parte, habría supuesto aumentar un texto, ya de por sí muy extenso, en más de un cincuenta por ciento. Se ha omitido asimismo la traducción del prefacio a la tercera parte porque repite el de la primera, limitándose a anunciar las Apostillas que siguen2.

Si bien el autor suele comenzar cada uno de los libros con un párrafo corto, al poco se le olvida y el lector se encuentra con parágrafos interminables, sin un punto y aparte a lo largo de páginas y páginas. Por ello, a la hora de traducir se ha tomado la decisión de acotar el texto en párrafos razonables, respetando la coherencia del contenido, modificando asimismo la puntuación no concordante con el uso actual. Se conserva, naturalmente, la letra cursiva para cartas, canciones y versos, que ya la llevan; y se ha impuesto, además, para un largo relato leído dentro del texto: Le Banquet des dieux [El banquete de los dioses]; también para los términos que aparecen en otro idioma, así como para títulos de obras literarias, aunque no lo hace el texto ni era habitual en la época.

Los parlamentos de los personajes, extraordinariamente frecuentes en la obra, van sin marcas y como texto corrido en el original: se han separado en párrafos aparte precedidos de raya, siguiendo la convención española, mientras que se colocan entre comillas las intervenciones que se hallan dentro de un parlamento o no cuentan con un interlocutor. Los responsables de unos y otras aparecen sistemáticamente identificados en el original, junto con un verbo de dicción, entre comas las más de las veces o entre paréntesis esporádicamente: todos ellos se resuelven con incisos entre rayas.

p. 21En general, se han respetado los nombres de personas en la lengua original, siguiendo la norma traductológica imperante, salvo el de la celebérrima Astrée –protagonista de la novela de d’Urfé del mismo nombre– y el cuasianagrama de Catherine, Charite, cuya lectura en español se alejaría de la pronunciación francesa: se ha traducido por Caritea a imagen de aquella que lo inspiró, Dulcinea. Se ha optado, no obstante, por españolizar los nombres propios de la novela griega tardía, que los estudios literarios hispánicos denominan novela bizantina, recuperados en el Renacimiento con traducciones a las lenguas europeas, entre ellas a la española; además, los autores antiguos y los personajes mitológicos, numerosos en el texto, no permiten otra cosa. También se han traducido los títulos de las obras. Se ha procurado mantener la rima –y, en la medida de lo posible, la métrica– de poemas y canciones, al igual que en las respuestas del Eco. Cuando ha sido preciso se han buscado, para ello, sinónimos o se ha alterado ligeramente el orden de los elementos del enunciado.

Las notas indicadas con símbolo se reservan –salvo las de estas observaciones previas– para términos, expresiones o modismos sin equivalencia exacta en español, así como para los juegos de palabras intraducibles, mientras que las notas numeradas atañen a las abundantes referencias culturales, literarias y mitológicas cuando su explicación se ha considerado pertinente. En los casos en que se ha recurrido al Diccionario de la lengua española de la Real Academia (23.ª ed., Espasa-Calpe, 2014), este se ha abreviado como DLE. Por otra parte, las anotaciones que conciernen a L’Astrée de Honoré d’Urfé remiten a la edición de 1925-1928, reeditada en facsímil en 1966 (Slatkine Reprints, 5 vols.), mientras que las relativas al Quijote lo hacen a la edición de John Jay Allen para la editorial Cátedra (1977, 2 vols.). No se ha anotado El banquete de los dioses, pues por él desfila una multitud de deidades de la mitología romana y ello habría supuesto decenas de referencias en cada página.

Agradezco a Pedro Javier Pardo, director de la colección, su atenta revisión tanto del texto como de los materiales que lo acompañan, así como las sugerencias y comentarios que han contribuido a mejorarlos.

1 Hervé D. Béchade. Les romans comiques de Charles Sorel. Fiction narrative, langue et langages. Droz, 1981.

2 Esta es la adición –que se ha marcado en cursiva– inserta en el penúltimo párrafo de ese prefacio: «Y, cuando hayan llegado al final de mi historia con mis Apostillas que darán satisfacción a todas las dificultades que pudiera haber, serán, sin lugar a dudas, no pocos los que se asombren de haber tomado antaño por una maravilla lo que les haré ver como despropósitos».