Índice

Introducción
William Winstanley: vida y obra de un autor desconocido

María Losada Friend

  1. Vida de un erudito rural
  2. Escritor de parodias de almanaques
  3. Homenaje a los sastres
  4. El gusto por la miscelánea
  5. De Essex a Londres
  6. Compilador y autor de biografías
  7. Práctica y defensa de la poesía
  8. The Essex Champion: hacia la tradición cómica del siglo XVIII

William Winstanley (1628?-1698) ha sido un autor prácticamente desconocido hasta años recientes y ha permanecido oculto en un segundo plano en la tradición de la literatura inglesa, de donde sin duda merece ser rescatado1. Su vida y obra como compilador de obras misceláneas, biógrafo, poeta y novelista lo hacen especial entre muchos autores del siglo XVII, no solo por sus peculiares ejercicios de crítica literaria, por su hábil incursión en el género de los almanaques o por su ingeniosa novela The Essex Champion [El paladín de Essex] (c. 1694), sino por ser eslabón de la gran tradición humorística inglesa entre obras del siglo XVII y del siglo XVIII. Muchas de sus expresiones, observaciones y detalles se encuentran en trabajos de sus coetáneos Butler, Wycherley, Etherege o Congreve, pero otras preparan el camino de las ideas que más tarde se ensamblan y combinan con éxito en las obras de los grandes autores del XVIII como Swift, Goldsmith, Fielding, Smollett o Sterne. Además, su astuta interpretación del Quijote y su peculiar versión de finales del siglo XVII lo alinean con importantes voces inglesas que también bebieron del clásico español.

Ya el hispanista Franco Meregalli apuntó en su día la importancia de las traducciones del Quijote en la transición del siglo XVII al XVIII para el importante repunte del interés por Cervantes, mencionando la francesa de Français Filleau de Saint Martin (1678), las inglesas de John Phillips en 1687, de John Stevens y de Pierre Motteux en 1700 y las cuatro siguientes hasta 1774 que incluyen la de Smollett (30). A esa relevante labor de traducción resulta interesante añadir la aportación de Winstanley como muestra peculiar e indicativa del eco del Quijote en la cultura popular que sin duda enriquece a la tradición literaria inglesa. Los rasgos de la vida personal y profesional de Winstanley proporcionan, además, muchos detalles que nos hacen interpretar a The Essex Champion como culmen de su experiencia vital y literaria.

1.Los más recientes estudios sobre Winstanley en el entorno anglosajón se han centrado en su importante contribución sobre la peste de 1665 (Miller 2011 y 2016). El único estudio riguroso existente sobre este autor en España ha sido hasta ahora el de Pedro Javier Pardo en torno a su relación con la obra de Cervantes (2018).

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1.Vida de un erudito rural

El autor fue el segundo de ocho hijos de la familia de Henry Winstanley y de su mujer Elizabeth Leader, residentes en el pueblo de Quendon (Essex). Nació en la ciudad cercana de Saffron Walden, donde recibió en 1649 el título de freeman, es decir, de ciudadano libre con derecho a ganar dinero y tener tierras propias. Allí aún hoy se le recuerda con orgullo2. William Winstanley se casó en 1650 con Martha (apellido desconocido) y tuvo un hijo que heredó su nombre de pila, el mismo que el protagonista de The Essex Champion, una novela que cuenta las aventuras y desventuras de un joven de campo quien, trastornado por la lectura libros de caballerías, marcha en busca de hazañas como un caballero andante por el condado de Essex. Tras la muerte de Martha, a la que dedicó una elegía en The Muses’ Cabinet [El gabinete de las musas]3, Winstanley se casó en 1653 con Anne Prime, nacida en Cambridge, con quien tuvo otro hijo, Thomas. También fue tío de Henry Winstanley, un famoso ingeniero constructor del primer faro de madera en Eddystone, que puso fin a los peligros que sufrían los barcos en la costa del sur de Inglaterra. William Winstanley murió cuando el siglo XVII llegaba a su fin, el 22 de diciembre de 1698, víctima de una ola de viruela que asoló Saffron Walden aquel invierno (Barnes, «Ingenious William» 17). Como devoto anglicano, fue enterrado en la iglesia de Quendon.

Conocemos su fisonomía por los dos grabados que adornaron las ediciones de algunas de sus obras. Un grabado oval en las últimas ediciones de Loyall Martyrology [Catálogo de mártires leales] (1665) lo presenta rodeado de hojas de viñedo y varas de trigo que recuerdan al espacio rural descrito en The Essex Champion, al vino que fortalece a Sir Billy y que alegra el corazón de su escudero Ricardo o a los campos arados y cultivados que recorren mientras van de aventura en aventura. Existe también otro grabado que se publicó en otra de sus obras, Lives of the Most Famous English Poets [Vidas de los poetas ingleses más famosos] (1687), que muestra el busto del autor entre dos pirámides decoradas con dos esqueletos. Ante ellos su imagen resulta desafiante y triunfadora con una corona de laurel y bajo la protección de la Fama representada como una figura alada revoloteando en torno al busto, tocando la trompeta y sosteniendo un cartel con la palabra «Inmortalidad». Es este un motivo casi obsesivo en los prólogos, prefacios y obras del autor y llega a ser casi constante en The Essex Champion, donde tanto el narrador como su protagonista Billy lo evocan grandilocuentemente a lo largo de la novela, incidiendo en la importancia de realizar hazañas relevantes que queden para la posteridad y que sean narradas por los aún no nacidos.

p. 6Barnes retrata la época de la infancia de Winstanley como un periodo feliz y lo describe como persona de carácter bondadoso, con gran sentido del humor y con una imaginación fértil (Winstanley 15). Vivió en un entorno rural, en la granja de estilo Tudor de la familia denominada Berries en Quendon, donde su padre, que había sido abogado en Londres, vivió como adinerado y culto yeoman, es decir, un propietario con granja y tierras. Barnes señala a su padre y al párroco de Quendon, Job Hawker, como los que se encargaron de la educación de Winstanley en materias como los clásicos, la historia, la geografía y las matemáticas (Winstanley 15). Ello recuerda también el interés con el que se describe en The Essex Champion el proceso educativo que recibe el joven protagonista Billy ante la falta de preparación de su padre Thomasio, que se ocupa de que reciba lecciones, primero de una humilde dame (término que se daba a las mujeres que tutorizaban en casas o escuelas), después de un sastre y finalmente de Sir John, el párroco. Todo ello, sin embargo, no hace sino avivar la pasión del joven por la lectura de los libros de caballerías, lo que da pie a la trama de la novela. El propio Winstanley, a su vez, mostró también desde joven gran afición por la lectura y la escritura y, como prueban algunas de sus obras, por el género de la ficción caballeresca.

Su biografía está marcada por aspectos que se recogen esporádica e indirectamente en la novela publicada al final de su vida. Su gusto por el trabajo y la vida de campo explica que se quedara con la granja familiar cuyo cuidado alternó con su trabajo literario. No es casual, por lo tanto, encontrar múltiples referencias a las labores de campesinos, granjeros, labradores, mozos de cuadra o mozas que ordeñan vacas en The Essex Champion. Winstanley revela la necesidad de una alfabetización correcta en una sociedad aún rural, donde el saber residía en la clase culta o en los maestros de escuela y donde la afición popular por los libros de caballerías se propagaba con rapidez entre lectores no bien instruidos. El autor no solo alerta sobre los peligros de la alfabetización sin control, al demostrar cómo Thomasio, obsesionado por educar a su hijo, no es capaz de vislumbrar el exagerado apego de este por las fantasías caballerescas que lo llevarán a la locura. También describe escenas donde mozas como Joan Grumball necesitan la ayuda de un maestro como Crispin para poder leer una carta u otras como Moll quien, acostumbrada a las expresiones rurales, no entiende el uso de una retórica sofisticada. Ese conservadurismo del autor que alerta sobre los peligros de la alfabetización sin control también se refleja en el interés de Winstanley por defender las costumbres locales y fiestas tradicionales de su época, como la celebración de la Navidad tras las prohibiciones del protectorado de Oliver Cromwell. Algunos de sus panfletos hablan de la celebración de la Navidad y de su riguroso cumplimiento en familia y entre amigos. Barnes ha llegado incluso a llamarlo «el hombre que salvó la Navidad» («Ingenious William» 25), considerándolo precursor de la labor que más tarde harían Washington Irving con The Sketch Book of Geoffrey Crayon, Gent [El libro de bocetos del caballero Geoffrey Crayon] (1819-20) o Charles Dickens con A Christmas Carol [Canción de Navidad] (1843).

Pero si la biografía de Winstanley se refleja en su obra, esta sirve también para proporcionarnos información sobre el autor, pues su variedad y carácter misceláneo, los diferentes intereses y saberes que muestra, nos dan testimonio de un escritor a la vez erudito y popular, con un enorme afán de conocimiento al tiempo que gran capacidad y olfato para la divulgación del mismo. Como se verá a continuación, la diversidad en la producción de Winstanley es profusa y revela una variedad de intereses que cubren desde almanaques, biografías y compilaciones de obras de otros autores a su novela The Essex Champion. Su versatilidad y facilidad para moverse entre obras cultas y populares reactivando su aspecto cómico es lo que lo hace original y digno de ser estudiado.

2.El Saffron Walden Tourist Information Centre actualiza regularmente trabajos y estudios sobre los Winstanley. Agradezco la ayuda de su gerente, Mark Starte y su información sobre los vídeos históricos realizados en torno a William y Henry Winstanley.

3.Una sentida composición en la que, entre otras, resumía las virtudes de su esposa como belleza de juventud y sabiduría de la edad unidas («Youths beauty, ages wisdome joyn’d in one», 35).

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2.Escritor de parodias de almanaques

A los catorce años su padre lo envió durante un par de años (1647-49) como aprendiz con su tío William Leader, un rico vendedor de productos textiles en Saffron Walden. Según Piccard, eran precisamente los profesionales de tal gremio, junto con los joyeros, los que más nivel de alfabetización disfrutaban en esta época (1997). Ello permitió a Winstanley continuar con su gusto por la práctica literaria y viajar esporádicamente a Londres, donde se documentó sobre personajes y escritores importantes del momento. Su trabajo más tarde como ayudante en esta misma tienda (de 1650 a 1660) le permitió seguir cultivando su afición por la escritura y llegar a ser parte de la élite intelectual local. Aquí empezaría el periodo en el que se publicaron algunos escritos burlescos firmados con el pseudónimo Poor Robin que aparecieron en la serie de almanaques titulada Poor Robin’s Almanacs [Los almanaques del pobre Robin] entre 1661 y 16984. Burns los considera la contribución más importante de Winstanley a la cultura de la Restauración, pues de manera innovadora combinó el almanaque paródico que había florecido en el Interregno Republicano de mediados de siglo con la información que aparecía en almanaques tradicionales, marcando además de los días de los santos, días relacionados con conocidos famosos en la cultura popular como Mother Shipton, Doctor Faustus o el cardenal Richelieu (3).

Los almanaques eran publicaciones de tamaño reducido y de bajo coste que fueron, en palabras de Smyth, las publicaciones con más éxito del siglo XVII en Inglaterra, llegando a 20.000 los de Poor Robin en 1666 (202). Tenían un formato fácil de leer y se propagaron entre todo tipo de público. Se vendían en los últimos meses del año y daban información para el año siguiente, incluyendo calendarios mensuales, fechas señaladas o conmemoraciones, pronósticos astrológicos y meteorológicos, eventos culturales, ceremonias religiosas, ferias locales, rutas entre ciudades, notas de historia, consejos médicos o información sobre el zodiaco. Blagden apunta que su edición se realizaba a través de la denominada Stationer’s Company [Gremio de Impresores y Libreros], encargada por licencia real de la publicación de todos los almanaques en Inglaterra desde 1557 (188).

Winstanley demostró conocer bien la naturaleza de este género al explotar sus posibilidades a través de la parodia. Ridiculizó textos que mezclaban noticias sobre las estaciones, el tiempo o el zodiaco con adivinanzas, chistes, consejos culinarios, y eventos o costumbres locales. La parodia le permitió imitar en clave cómica el registro de lo cotidiano tan propio de este género. La serie Poor Robin llegó incluso a parodiar las anotaciones que los lectores apuntaban en los márgenes (Smyth 206). Las observaciones escritas en calendarios y almanaques, según Birth (216), revelaban un instrumento crucial para imaginar la vida de un colectivo y, sin duda, el parodiar almanaques y sus anotaciones proporcionó a Winstanley el material y la facilidad con la que describiría más tarde personajes y acciones de la sociedad que Sir Billy se encuentra en sus andanzas por Essex.

p. 8Esta destreza e ingenio que desarrolló Winstanley marca además el paso fundamental para lo que más tarde Jonatahn Swift coronaría con éxito en el siglo XVIII con su famosa parodia de almanaque «Predictions for the year 1708» [Predicciones para el año 1708] firmando con el ingenioso pseudónimo de Isaac Bickerstaff5. La influencia de Winstanley se sigue estudiando hoy en series de almanaques paródicos similares, cargados de comentarios satíricos sobre aspectos de la sociedad, como la de 1676, Poor Robin’s Intelligence [La inteligencia del pobre Robin] que la crítica atribuye ya a otro autor, Henry Care (Turner 87). Tras la muerte de Winstanley, sus composiciones siguieron teniendo éxito, como muestra el volumen con parte de su obra que llegó a su decimoséptima edición, England’s Witty and Ingenious Jester [El ocurrente e ingenioso bufón de Inglaterra] (1718).

4.El conocido y tradicional listado de Sidney Lee de 1900 aglutinó muchos de los títulos atribuidos a Winstanley hasta 1709. Por su parte, Burns indica que los almanaques de la serie Poor Robin siguieron publicándose hasta 1777, año en el que el nombre se cambiaría a Old Poor Robin (4).

5.En 1708 y con tal pseudónimo Swift incluyó la predicción de la muerte del conocido astrólogo y escritor de almanaques, John Partridge, lo que causó revuelo y mofa en torno a esta figura. Palmeri atribuye a este episodio parte del éxito de los almanaques en clave paródica y ve la continuación de esta tradición en la aportación del conocido Benjamin Franklin con la colección de almanaques Poor Richard de 1732 a 1758 en Estados Unidos (377).

3.Homenaje a los sastres

Una obra de Winstanley que nos muestra otro ángulo curioso desde donde observó la sociedad de su época fue la denominada The Honour of the Merchant-Taylors [El honor de la Sociedad de Sastres] (1668). Resulta interesante, puesto que, como indica su largo e indicativo título, Winstanley ya ponía en práctica su gusto por incluir en su visión de la vida real aspectos grandiosos de los libros de caballerías6. Dedica la obra a una institución conocida de empresarios sastres (Merchant Taylor’s Company), a los que de manera muy original muestra su respeto ofreciéndoles una historia de las hazañas heroicas de sastres de otras épocas, presentándolos como caballeros que defienden a Inglaterra contra enemigos extranjeros, que cumplen con actos de caridad y que construyen mercados para poder vender sus productos. Su admiración por este gremio se traduce en una recreación ingeniosa y ficcional de personajes legendarios y caballerescos. La obra se compone de 88 páginas distribuidas en 14 capítulos que comienzan con un preámbulo a los lectores donde les recuerda la importancia de conocer la historia y los actos nobles de sus predecesores. Algunas de sus referencias se volverán a repetir en The Essex Champion, como la anécdota de Sir Philip Sidney, famoso poeta isabelino, quien al escuchar la historia de los protagonistas de la conocida balada de Chevy-Chase, se conmovía y sentía crecer su valor más que con el sonido de una trompeta o de un tambor, que se recoge en el capítulo I de la novela7.

p. 9Winstanley muestra en esta obra su contribución al debate sobre la narración de la realidad y su tratamiento ficcional o poético como herramienta para entretener al público. Advierte al lector que, si bien su relato está basado en la verdad, la embellece con las flores de la poesía, elegida del jardín de Apolo para deleitarlo8. Justifica así sus razones para escribir ficción que embellecerá en clave heroico-burlesca. La obra se centra sobre todo en la historia del personaje medieval Sir John Hawkwood, sastre de origen, y relata sus aventuras donde mezcla elementos de libros de caballerías como luchas contra dragones o viajes a lugares exóticos como Fez. Incluye intercambio de cartas entre el caballero y su dama (tal y como ocurre entre Sir Billy y Dulcina del capítulo VI) y describe con detalle batallas con una narración ágil que más tarde volverá a experimentar en The Essex Champion con los divertidos enfrentamientos de Sir Billy con la quintana, el espantapájaros, las marionetas, el gigante de cabeza luminosa, o el denominado caballero Orlando, entre otros. El autor acaba este entretenido homenaje a los sastres con una canción en verso como apología de la profesión y alabando su dedicación.

El interés de esta peculiar obra reside por lo tanto en elevar las figuras de sastres a un nivel de legendaria relevancia y formalidad que contrasta con su artesanal y comercial profesión. Este curioso homenaje explica en parte la constante presencia de este gremio en muchas de sus obras y que lleva hasta The Essex Champion, donde, en el capítulo I, el narrador incluye otro sastre con el divertido nombre de Snip (esto es, tijeretazo), que por su buena voz se convierte también en ayudante de la parroquia y que es el encargado de enseñar a leer a Billy a pesar de no saber escribir. Otro ejemplo de que con The Essex Champion, Winstanley recoge la experiencia de su obra anterior para verterla en su novela final.

6.«Wherein is set forth the noble acts, valliant deeds, and heroick performances of merchant-taylors in former ages. Their honourable loves, and knightly adventures, their combating with forraign [sic] enemies, and glorious successes in honour of the English nation, together with their pious acts and large benevolences, their building of publick structures, especially that of Blackwell-Hall, to be a market place for the selling of wollen cloaths» (1).

7.«[…] the Houour of our Nation gallant Sir Phillip Sidney reports of himself that the only hearing of that old song of Piercy and Dowglas, though sung no better then [sic] by an ordinary Chanter, but it stirred up his valour more then [sic] the sound of the Trumpet or beat of the Drum, such is the powerfull force of History that it infuses valour above all other means whatsoever» (4).

8.«[…] the basis or foundation whereof thou wilt find (courteous Reader) to be a real truth, though imbelished [sic] with such flowers of Poesy as I could gather out of Apollo’s Garden, that thou mightest be won with delight in the reading thereof» (5).

4.El gusto por la miscelánea

Otra obra previa a The Essex Champion fue New Help to Discourse [Nueva ayuda para hablar bien] (1669), una peculiar miscelánea que tuvo éxito probado en cuatro ediciones entre 1669 y 1696 y que refleja bien la experiencia que Winstanley adquirió con los almanaques compilando y escribiendo composiciones hetereogéneas en torno a múltiples temas. Combina un tono jovial e ingenioso que trata de entretener al lector, en este caso describiendo las claves para el buen discurso de los poco elocuentes o para los que tienen dificultades para expresarse, como indica Burns (2). Se trata, por tanto, de una obra compuesta de materiales de diverso origen que el autor hilvana con propósito didáctico.

p. 10No existe una clara estructura en toda la miscelánea, pero el objetivo es básicamente instruir e informar sobre todo tipo de temas. Se incluyen reflexiones sobre meteorología (nieve, granizo y lluvia), disertaciones sobre el mundo, una guía para el hombre de campo, un listado de proverbios rurales, de días festivos y de días de mala suerte en el año. Dedica una divertida sección a describir hechos y lugares increíbles tanto locales como del extranjero9. Asimismo relata la historia de san Daniel y ofrece un largo listado de bromas (jests), poemas y epigramas sobre muy diferentes personajes (desde un enano a san Jorge). Pone de manifiesto su gusto por los epitafios y los escribe para varios personajes: para algunos de la vida de farándula como un mago, al que denomina «Hocus Pocus» [abracadabra], término que también aparecerá en el capítulo XIV en The Essex Champion; para marginados (un borracho, un usurero o un lujurioso) o para trabajadores como un molinero, un zapatero o un sastre. Dedica también su reconocimiento a John Taylor (1580-1663), al que se conocía como «el poeta acuático» (the water poet), un ejemplo de celebridad de la época que adquirió fama por sus poesías cómicas y burlescas de poca calidad, pero de gran ingenio, del tipo que tantas veces aparecen en la novela de Winstanley. Incluye además una descripción sobre las unidades de peso y medidas utilizados en Inglaterra y abundantes composiciones para entretener al lector como adivinanzas, acrósticos, anagramas, inscripciones para anillos, palíndromos, jeroglíficos o pictogramas. Hay además una curiosa sección inicial que comprende un listado de todo tipo de preguntas y respuestas breves que versan sobre la Biblia, la historia, el alfabeto, los primeros inventos, la perfecta belleza en la mujer, etc.

Resulta iluminador descubrir que muchos de estos temas, expresiones o ideas aparecen más tarde en The Essex Champion y explican curiosos comentarios que utilizan tanto el narrador como los personajes de Winstanley en la novela. Por ejemplo, la pregunta sobre las dos palabras que causan más problemas en el mundo y su respuesta (la expresión meum y tuum)10, es la misma fórmula en latín que utiliza Sir Billy en el capítulo III para describir la inexistencia del egoísmo en su discurso sobre la Edad de Oro. Asimismo, la pregunta sobre la disyuntiva entre ser un hombre rico de ciudad o un hombre de campo feliz que sepa mantenerse en una sana mediocridad entre la pobreza y la riqueza (11) recuerda casi palabra por palabra al retrato que se hace de Thomasio en el capítulo I. Tampoco resulta extraño encontrar una completa descripción del Nilo (124) que el narrador de la novela menciona también en el capítulo III para comparar el ruido de sus cascadas con la carcajada de la multitud que contempla la penosa actuación de Ricardo en la quintana.

Organizar tipos de compilaciones de textos de muy diferente signo fue una característica del estilo de Winstanley y, por ello, es fácil encontrar entre su producción otras obras similares con más historias y anécdotas, como la que dedicó a Sir Thomas Middleton, Histories and Observations, Domestic or Foreign; or a Miscellany of Historical Rarities [Historias y observaciones locales y foráneas, o miscelánea de rarezas históricas] (1683)11. En el prefacio a esa obra defiende la importancia de la historia como compañera de la experiencia y madre de la prudencia, como un tesoro del pasado, presente y de lo que vendrá12. Para demostrarlo ofrece una mezcla de todo tipo de textos donde incluye memorias de viajeros como Thomas Coriat, combates entre caballeros y escuderos, anécdotas de ladrones arrepentidos, historias de amistades entre filósofos, nobles o cristianos, relatos de conspiraciones o venganzas, o incluso costumbres de Rusia o de las Indias Occidentales. Algunas son producciones recogidas de otros autores o creadas por él mismo, y no iban dirigidas a un público erudito, sino a uno ávido de curiosidades. No extraña pues que los datos curiosos de los almanaques y estas cápsulas de cultura se convirtieran en un conocimiento en continuo uso y de aplicación en sus obras posteriores.

p. 11Asimismo, el buen humor de Winstanley y su gusto y afición por los juegos, bromas e inventos fueron también una importante parte de su vida. Dejaron clara huella en sus escritos y llegaron incluso a tener eco en The Essex Champion. Barnes menciona que fabricó artilugios en su propia casa, como un telescopio casero, una cámara oscura, un indicador de tiempo o un molino en miniatura, entre otros («Ingenious William» 7). Además, la buena relación con su sobrino Henry le procuró ideas curiosas que él recogió por escrito. Henry mantuvo en Littlebury su llamada «House of Wonders» [casa de las maravillas] donde guardaba toda suerte de inventos y Barnes sostiene que habría compartido con su tío esta afición creativa, siendo uno de sus resultados más divertidos un gran artefacto de madera hueco que podía activarse por dentro con forma de dragón («Ingenious William» 8). Lo mostraron en el verano de 1668 en Birch Wood en Henham y Winstanley aprovechó para describir esta aparición en un divertido panfleto titulado «The Flying Serpent» [El dragón volante], que se publicó de manera anónima en 1669. El relato describe con tono objetivo los detalles del dragón y la copia del grabado de la portada que ha recuperado Barnes en su libro muestra un sol sonriente que contempla a unos soldados también sonrientes con lanzas frente a un gran dragón de larga cola con alas («Ingenious William» 9). Todo ello, sin duda, resultará familiar para el lector de algunos capítulos en The Essex Champion, donde se explica el funcionamiento de diversos artefactos con los que se engaña a Sir Billy. En el capítulo III, mientras el protagonista vela con seriedad sus armas, un sirviente de la casa se enfrenta a él cubierto con una piel de oso y una calabaza con una vela dentro que imita la cabeza de un gigante; y en el capítulo V otros sirvientes construyen un gigante enorme que manipulan por detrás y cuya voz hacen llegar a través de un tronco que le atraviesa la cabeza. La recreación de todos los detalles técnicos de estos ingeniosos inventos en el relato se produce de forma natural y crea un efecto cómico sostenido.

9.Curiosamente, entre ellas, habla de las tres maravillas en España, que identifica con el río Guadiana, la ciudad de Madrid y un puente con el que probablemente se refiere al acueducto de Segovia (132).

10.«Q. What two words are those that trouble the world? A. Meum and Tuum, Thine and Mine» (New Help 14).

11.Tuvo una segunda edición en 1684 con título similar: Historical Rarities and Curious Observations, Domestick and Foreign.

12.«One calls History the Workmistress of Experience, and Mother of Prudence; It is the general Treasury of times past, present, and a lively pattern of things to come» (página sin numerar).

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5.De Essex a Londres

Como reconocido escritor local, Winstanley recibió a lo largo de su vida la ayuda de nobles y patronos, como Sir Thomas Middleton, Lord Herbert o James Howard, tercer conde de Suffolk. Fue este último quien lo presentó en la Corte de Londres, ciudad con cuya intelectualidad tuvo un contacto regular. Como apunta Barnes, desde 1660 acudió con asiduidad a Londres, donde alquiló un despacho en la taberna Queen’s Head en Snow Hill («Ingenious William» 5). Ello le permitió la conexión directa con la vida cultural de tertulias y librerías de la ciudad. No es extraño que él mismo fuera el promotor de una librería en Saffron Walden, primero gestionada por su hijo Will y más tarde por su nieto John, en un local de dos habitaciones en Market Hill que ahora ocupa el Sun Inn13. Unió así el apego por su ciudad natal, su preocupación por la educación y lo mucho aprendido en la metrópolis. En esta llegó a conocer a una parte importante del círculo de autores londinenses. Entre ellos, el historiador Thomas Fuller, los escritores de biografías Izaak Walton o John Aubrey, autores de comedias como William Wycherley o Sir George Etherege, novelistas como Daniel Defoe o el periodista, panfletista y traductor de obras clásicas, Sir Roger L’Estrange. Barnes incluso puntualiza su relación de mentor con el entonces joven periodista Joseph Addison y la posible relación entre su famoso personaje, Sir Roger De Coverley y los squires [hidalgos] de buen talante de los almanaques de Winstanley (Winstanley 25). De hecho, el lector de The Essex Champion comprobará también que a muchos de los anfitriones, alguaciles o jueces que encuentra Sir Billy en su camino se les retrata con carácter afable y jovial, siguiendo a Billy en sus locuras y riéndose de sus fantasías.

Su contacto con escritores en Londres le permitió, además, conocer al ya mencionado John Taylor, famoso por sus peregrinajes fluviales en distintos lugares de Inglaterra, una idea que Winstanley repitió para un interesante recorrido por Essex recogido en Poor Robin’s Perambulation from Saffron Walden to London Performed this Month of July, 1678 [Las caminatas del pobre Robin desde Saffron Walden a Londres en este mes de julio de 1678] (1678), donde en siete partes que alternan prosa y verso relata un viaje a pie desde la taberna «The Rose and Crown» [La Rosa y Corona] de su ciudad natal hasta Londres. Se trata de un detallado y divertido recuento de taberna en taberna pasando por Newport, Quendon, Ugley o Stansted. En él habla de tipos de mesoneros, de comidas y bebidas, del trato recibido o de las posadas donde se quedó. Mezcla referencias históricas sobre el rey Rufus o Eduardo I y su mujer Eleonor que toma del historiador Fuller, incluye citas de poemas de John Taylor, así como referencias mitológicas que le ayudan a marcar el paso del tiempo en el relato, por ejemplo, haciendo referencia a la aparición de la gloriosa cabeza de Titán/Helio (coronado con la aureola del sol) cuando lo despiertan en la posada14. Todo ello resulta muy familiar al lector de The Essex Champion, pues recuerda no solo el tono épico-burlesco sostenido en la novela sino también la diversidad de lugares que visitan Sir Billy y Ricardo, desde tabernas y posadas humildes y suntuosas a guaridas de mendigos y vagabundos, así como las opíparas comidas que disfruta Ricardo acompañadas de vinos de distinta clase (jerez, canario, etc.). Se entienden así también las alusiones en la novela a los caminos secundarios que en ocasiones eligen los protagonistas para estar a salvo de la justicia y la mención a bandoleros que afianzó la tradición literaria que llega al siglo XVIII. Ackroyd la explica describiendo el gusto por las vidas de asaltadores, ladrones o bandidos de los caminos en Inglaterra en el siglo XVII, entre las que se haría famosa la de Dick Turpin y su «banda de Essex», formada por ladrones y contrabandistas en la década de 1730 (348).

p. 13Es por ello también interesante descubrir en la novela de Winstanley el interés por mencionar la actuación de la justicia. Si bien en muchos momentos el mal se personifica en clave de libros de caballería con figuras como la del diablo y los nigromantes contra los que Sir Billy quiere enfrentarse como caballero andante, uno de los últimos episodios en The Essex Champion presenta la muerte real y cruel relacionada con el mundo del delito, con el fatídico crimen de una joven a la que Sir Billy, Ricardo y el anciano Gerión encuentran ahorcada. Ello permitirá mostrar la buena voluntad de los protagonistas que ayudan a la justicia a apresar y castigar a los delincuentes. Además, se narran otros episodios que, siendo actuaciones fuera del marco de la justicia, se retratan como delitos menores en clave picaresca, como los engaños que hacen por igual mozos de cuadra, mesoneros, usureros, prestamistas, alguaciles o abogados, y que se contemplan con un toque de humor satírico que recuerda al retrato de vicios y faltas tan comunes en la tradición literaria inglesa cómica del siglo XVIII.

13.El Old Sun Inn es uno de los edificios más emblemáticos de Saffron Walden y hasta hace unos años ha sido una tienda de antigüedades y una librería de libros antiguos.

14.«Next morn, ere Titan shew’d his glorious head, / My Host did rouze me from my drowzy bed» (6).

6.Compilador y autor de biografías

En el conflicto político-religioso que condujo a la Guerra Civil inglesa de mediados de siglo entre los defensores del Rey y los del Parlamento, con el triunfo de los segundos y el subsiguiente Interregno Republicano de Oliver Cromwell, Winstanley se había alineado con los royalistas o Cavaliers y apoyó la vuelta de Charles II en 1660. Esta posición se visibilizó claramente en otra de sus obras, Loyall Martyrology (1665), una colección de vidas de mártires de la causa real a manos de los Puritanos. De carácter laudatorio, le proporcionó gran experiencia como escritor de biografías, faceta en la que destacaría también años después, como vamos a ver. Obra dedicada a Sir John Robinson, lugarteniente de la Torre de Londres, recoge la relación de confesores o jueces leales al Rey que fueron asesinados, así como la lista de otros regicidas o traidores que fueron ejecutados a la vuelta del monarca. Winstanley firma el prefacio al lector como solía –con W. W.– declarándose auténtico defensor de su rey y su país. Además, examina los resultados devastadores de la guerra civil, posicionándose claramente contra Cromwell. Afirma que la guerra civil había alterado la religión, que la traición había pisoteado a la verdad, que la armadura había sustituido a la toga y que la espada había intimidado a la ley. Winstanley declara abiertamente que, bajo la excusa de la reforma, se había generado un estado de confusión15.

p. 14Si estas biografías de personajes históricos tienen un carácter marcadamente popular, más de veinte años después cultivaría este género en un ámbito más especializado y erudito, concretamente el de la crítica literaria. Su contribución a la misma puede encontrarse en The Lives of the Most Famous English Poets (1687), obra dedicada a Francis Bradbury, sin duda la obra que ha perdurado más de todas las de Wisntanley por su evidente interés para los historiadores de la literatura inglesa. Su carta inicial al lector es otra defensa abierta de poetas y de la poesía antes de comenzar este largo recuento de importantes personalidades. La obra sigue a la de Edward Phillips y su Theatrum Poetarum [Teatro de poetas] (1675), al que dedica también un ensayo, pero además incluye a muchos más autores desde tiempos medievales hasta su propia época, poniendo punto final con Sir Roger L’Estrange16. Con ello contribuye con un paso más a este tipo de género de biografía crítica que después llegaría a su máxima expresión con la obra de Samuel Johnson Lives of the Most Eminent English Poets [Vidas de los poetas ingleses más eminentes] (1779-81).

Winstanley contaba, además, con el antecedente de una obra suya anterior a todas las vistas hasta ahora, England’s Worthies. Select Lives of Most Eminent Persons [Insignes de Inglaterra. Vidas de los más eminentes] (1660). Dedicada a su patrón, Thomas Salisbury, describía importantes figuras inglesas de los siglos V al XVII, incluyendo reyes, hombres de estado, prelados, guerreros, escritores y poetas, incluso a Oliver Cromwell, lo que se explicaría porque la obra debió de ser escrita cuando aún no se había producido la Restauración. En una segunda edición posterior (1684), el perfil de Cromwell fue eliminado por motivos obvios. Estas aportaciones biográficas de Winstanley resultan de gran interés pues demuestran su conocimiento de voces y personalidades cuyas referencias impregnan y enriquecen sus obras, como se demuestra en The Essex Champion.

15.«What sad Effects the Miseries and Calamities of a Civil War doth produce, this Nation cannot but be sensible of, and our late Times do sufficiently evidence; How all things were turned topsie turvy, Religion subverted by Rebellion, Truth troden down by Treason, the Gown giving place to the Corslet, and the Law over-awed by the Sword. How under pretense of a Reformation, all things were turned into Confusion» (página sin numerar).

16.William Riley Parker en su estudio de 1945 indicó ya con detalle la contribución del autor, diferenciando su obra de la de Phillips. También en su completa introducción de la edición del facsímil de la obra de 1963 describe las diferencias entre Winstanley, Phillips y Fuller, defendiendo la labor creativa y personal del primero para evitar la tradicional visión del autor como mero compilador de las ideas de otros. También Burns alaba sus argumentos, el uso que hace de las citas literarias y los diálogos que incluye con autores coetáneos (3).

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7.Práctica y defensa de la poesía

Toda la labor de Winstanley en prosa no debe restar importancia a su producción como poeta, que se remonta al que fue su primer libro, publicado en 1655, The Muses’ Cabinet. Es una miscelánea de poemas suyos y de otros autores que revela su naturaleza de ávido lector y su gusto por la poesía. Dedica el libro, que describe como «livianas ocurrencias de una musa rústica», a su amigo William Holgate. Además, habla de su función de escritor con desenfado y audacia, declarando no tener miedo a críticos maliciosos, ser consciente de los lectores ignorantes y confiar en los lectores juiciosos. Abre el libro un poema de John Vaughan, quien le anima a escribir en tiempos difíciles y le advierte de que su labor será apreciada y que podrá ser considerado entre los grandes autores ingleses17. En su prefacio, Winstanley defiende abiertamente a los poetas y a la poesía, siendo consciente de que en la época no se reconoce el valor de tal género, afirmando que el desdén y la ignorancia avanzan contra las musas (1). Este era un tema candente que tendrá en cuenta de nuevo en The Essex Champion, donde el desprestigio de la poesía se hace presente a través del divertido diálogo en el capítulo II entre Thomasio y su vecino granjero, que le advierte del peligro en el que se encuentra su hijo Billy al dedicarse a la poesía, género descrito como improductivo e incomprensible.

Winstanley incluye en The Muses’ Cabinet una larga lista de poemas variados junto a una sección de epigramas y otra de epitafios. Con ello ofrece breves reflexiones sobre temas como la eternidad, la amistad o el amor verdadero, y sobre conocidas figuras como Catón, Sidney, Ovidio, Bruto o Aquiles. Describe también a usureros sin piedad o a los autores de almanaques a los que ataca acusándolos de engañar con mentiras a los ingleses18. Presenta poemas festivos de gusto local como el divertido «Walden Bachanalls» [Bacanales en Walden], donde menciona a figuras como Venus, Baco, Vulcano o Marte, y reflexiones curiosas en poemas como «A Farewell to Tobacco» [Adiós al tabaco], dando consejos sobre los peligros contra la salud con una larga lista de fumadores que incluye a muchos personajes marginales como los que encuentra Ricardo en The Essex Champion (hojalateros, mendigos, borrachos o blasfemos). Conoce bien el lado oscuro de algunas profesiones, como demuestra en el poema en contra de médicos y abogados, que recuerdan a los ataques sutiles que se hacen contra abogados y prestamistas en The Essex Champion. Demuestra además su experiencia en poesía amorosa en el ingenio con el que enumera las excelencias de una dama en «The Description of a Mistriss» [La descripción de una amante], que recuerda también a la genial descripción idealizada que hará Sir Billy de su inigualable Dulcina, con la contrapartida cómica de Ricardo sobre el mismo tema al final de la novela en el capítulo XV.

Toda esta experiencia poética en composiciones humorísticas y simples han relacionado tradicionalmente a Winstanley con los denominados doggerels de la época, composiciones burlescas de versos irregulares y cómicos sobre temas triviales, para momentos de diversión y muy del estilo del poeta John Taylor. Por ello, al lector de The Essex Champion no debe sorprenderle la gran cantidad de alusiones a la lírica popular del momento, las muchas referencias a las canciones que conocen y cantan los personajes en la novela, las denominadas garlands (colecciones de ballads o romances) que tiene Billy en su biblioteca, o los muchos poemas que se insertan de manera natural y que eran parte del imaginario colectivo popular. El final de The Muses’ Cabinet es un ingenioso poema en el que el autor advierte a su musa que cierre el libro ante la llegada de los críticos, que no sabrán apreciar la simplicidad rural de sus composiciones, un comentario con el que Winstanley parece querer defender y dignificar su origen.

17.«For this thy worke posterity will thank thee. / And with our famous English Bards will rank thee» (página sin numerar).

18.«When will our English people grow more wise, / Then [sic] to believe your loud inchanting lyes?» (13).

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8. The Essex Champion: hacia la tradición cómica del siglo XVIII

The Essex Champion, la última y más novelada obra de Winstanley, revela su peculiar tributo a Essex, donde ocurren las aventuras de su paladín. Igual que Thomas Hardy recompondría dos siglos más tarde un ficticio Wessex para su heroína en Tess of the D’Ubervilles (1891) o para retratar la feria de ganado en Greenhill Fair en Far From the Madding Crowd (1874), Winstanley consigue elevar el condado de Essex dentro del territorio nacional al rango de terreno épico-burlesco para las tribulaciones de su peculiar caballero andante inglés y su escudero. Recrea esa zona de Inglaterra con conocimiento del ambiente de sus ferias, mercados y venta ambulante, espectáculos de marionetas, granjeros y hombres de campo. Recoge descripciones de la campiña, donde se menciona el cuidado de ovejas, las vacas pardas o los caballos de labranza, así como los campos recién sembrados; se describen costumbres como la celebración de bodas o los partidos de futbol, y se incluyen expresiones de campo, referencias al diablo y las brujas, e incluso una alusión irónica referida al Papa19.

Todo ello se recrea en un marco de parodia quijotesca donde el choque entre la realidad y las ensoñaciones sobre la caballería andante de Sir Billy se engarzan de manera natural. Igualmente, el estilo elevado de las múltiples referencias mitológicas o caballerescas (como a Marte, Febo, Aurora, Hércules, san Jorge o Amadís de Gaula entre muchos otros) se entretejen con escenas y ocurrencias populares entre las líneas de la novela y consiguen una mezcla idónea de comicidad y ficción de la que resulta un producto de deleite y diversión para el público del momento. Al mismo tiempo, ofrece una curiosa intrahistoria de una parte de la Inglaterra de finales del siglo XVII con grandes dosis de humor, que huye de profundas disquisiciones y que aspira a entretener al lector inglés describiéndole aspectos de su propio país y de su carácter en clave quijotesca.

La novela tiene gran valor no solo por ser la primera imitación en prosa narrativa del Quijote, como ha sostenido Pardo (106) y como argumenta en el estudio que sigue a la traducción de la obra en este volumen, sino por poder considerarse obra de transición entre tradiciones literarias cómicas inglesas. Permite reconocer la carga humorística del siglo XVII al tiempo que prepara el camino para la madurez que se alcanza en el siglo XVIII, teniendo como hilo conductor la influencia de Cervantes.

p. 17The Essex Champion actúa de puente entre obras emblemáticas de los dos siglos. Recoge, por un lado, el rastro de autores que, como Winstanley, escriben en los últimos años del siglo XVII. Está en consonancia con la mezcla épico-burlesca de Samuel Butler y su Hudibras que se publica en tres partes entre 1663 y 1678, o con las comedias de la Restauración, como la de William Wycherley, The Country Wife (1675), que incluye, por ejemplo, en el diálogo de los Pinchwife, la alusión a los basiliscos, criaturas que pueden matar con la mirada (II.4. 171) y que nos recuerdan a las muchas ocasiones en las que en The Essex Champion los personajes hablan de la mirada petrificadora de la Gorgona. Los motivos de jolgorio y burla se encuentran también en Etherege y su The Man of Mode (1676), donde se hacen referencias al vino «canary». Asímismo, Congreve en The Double Dealer (1694), obra más cercana en el tiempo a The Essex Champion, menciona la astrología de los almanaques incluyendo diversas alusiones a Tetis, Cintia, o al sol como conductor del carruaje de los cielos (III. 64), personaje presente en muchos capítulos en The Essex Champion. También Love for Love (1695) recrea como Winstanley el ambiente popular con referencias a grupos como los recaudadores de deudas (I.1. 271), salteadores de caminos (I.1. 272) o críticos caricaturizados acarreando un «hornbook», el tipo de cartilla que utiliza Billy para aprender a leer (III.1. 325) o con la mención de bebidas como el dulce flip, mezcla de cerveza y alcohol (III.1. 325). Si bien todas estas conexiones con la comedia de la Restauración pueden parecer anecdóticas, es evidente que muestran el hilo conductor que une la obra de Winstanley con el siglo XVII.

Son todos ellos aspectos culturales y literarios en clave de humor que a su vez Winstanley enriquece con muchos elementos del Quijote. Recordemos que el autor publica su peculiar versión en los años 90, época en la que Thomas d’Urfey presentará su Comical History of Don Quixote (1694-1695). The Essex Champion también muestra el gusto por la trama cervantina de aventuras en el camino y por el estilo épico-burlesco que eleva irónicamente a personajes o ambientes de clases populares, tan común en la novela del siglo XVIII. Por ello, es interesante descubrir muchas expresiones y fórmulas épico-burlescas en la novela de Winstanley que se encontrarán más tarde en Henry Fielding, el autor que escribe a la manera de Cervantes con erudición y genialidad. Así, el narrador de Tom Jones (1749) juega con el dominio de las referencias mitológicas al igual que hace Winstanley, con múltiples referencias al Céfiro o aludiendo frecuentemente a personajes como Dido, Alcibiades, el gigante Briareo, Aegaeon o Thalestris, reina de las Amazonas. Fielding usa profusamente proverbios en latín o referencias a clásicos como Cicerón, Ovidio o Virgilio, igual que los encontramos en The Essex Champion. También el mundo de la criminalidad que describe Winstanley reaparece de nuevo en Fielding, no solo en la trama de aventuras en el camino, las tabernas, el tipo de personajes, la comida y bebida, los escarceos amorosos, o el estilo épico-burlesco con el que eleva irónicamente a personajes o ambientes de clases bajas; sino también en la evocación cómplice y divertida a las musas para inspirarse en relatar peleas y tumultos, y en múltiples detalles y expresiones similares que leemos en Winstanley. Entre otros aspectos, Fielding tendrá en cuenta en Tom Jones los castigos «at the cart’s tail» o latigazos que reciben los que ofenden amarrados a un carro (IV.12. 156), o incluirá expresiones que indican con ironía la falta de humanidad de los alguaciles o de los recaudadores de deudas («noble bumtrap», VI.1. 270) y términos con que define un tugurio escondido como «hedge tavern» (XVI.9.758). También utiliza la alabarda (halberd) para nombrar a los alguaciles (VII.11. 301), la misma que deja a Sir Billy fuera de combate en el capítulo IV; y Fielding no olvida, como Winstanley, recordar a las ruidosas pescaderas de Billingsgate a las que describe por extenso también en clave épico-burlesca (XI.8. 494).

p. 18Por otro lado, leer a Winstanley hace que recordemos The Female Quixote (1752) de Charlotte Lennox, cuya estructura se organiza en torno a una sucesión de equívocos encadenados de la protagonista Arabella, tal y como ocurre con Sir Billy. Igualmente, el lector evocará Humphry Clinker (1771) de Smollett en el que se funden lo cervantino y la picaresca en relato de experiencias en el camino de los protagonistas. En cuanto al tono de humor que destila The Essex Champion, puede decirse que Winstanley actúa como vínculo entre el sarcasmo y la diversión acentuada de las obras del siglo XVII y la certera línea satírica dieciochesca que se mueve entre Juvenal y Horacio, visible en obras de Goldsmith como The Citizen of the World (1762). En general, estas conexiones de Winstanley con la tradición dieciochesca apuntan coincidencias que, aunque triviales, señalan el camino para otros rasgos importantes narrativos que se fusionarán en la novela del siglo XVIII con elementos picarescos y con la influencia cervantina.

Por todo ello, leer a Winstaley y a su paladín de Essex permite no solo descubrir las líneas precursoras de la tradición cómica inglesa que más tarde se desarrollan en el XVIII, sino ser testigos de cómo la influencia cervantina está llegando hasta el lector inglés desde la literatura popular. En The Essex Champion se aúna el vasto conocimiento y la experiencia de Winstanley como lector, parodiador de almanaques, poeta, compilador y biógrafo. A ello se le unen la gracia, espontaneidad y licencia que se permite para experimentar con el clásico español y adaptarlo a su propio contexto con gran sentido del humor.

Los últimos años de la vida de Winstanley fueron una época tranquila y acomodada que vivió como autor conocido y dedicado a sus escritos, a trabajos de campo y a socializar con sus vecinos. Desde su rincón rural supo registrar lo vivido y aprendido como material de la novela de su vida, curiosamente eligiendo, entre todos, el modelo de Cervantes, bien conocido entonces en Inglaterra. Aglutinó todo su saber y experiencia produciendo una versión muy personal de la obra maestra cervantina. La genialidad y el interés de The Essex Champion surgen así porque es la última obra de un escritor maduro que supo aprovechar las claves literarias aprendidas de la tradición cómica existente y que, unidas a su deuda con el Quijote, dejaron el camino preparado para otras nuevas voces en el siglo XVIII.

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19.Aunque Winstanley escribe en un contexto donde impera el anticatolicismo, no utiliza en la obra los términos peyorativos papist o popish para referirse a los católicos defensores de la supremacía papal. Sí incluye, por ejemplo, una conveniente, sutil e irónica alusión a la libertad de los cardenales para cambiarse el nombre cuando se convierten en papas, un argumento para justificar que Sir Billy en el capítulo I decide cambiar el nombre de la moza rural Joan Grumball por el del Dulcina.