Índice

Capítulo XXIV
Rasgo historial muy auténtico

En lo restante del viaje fue Arabela tan preocupada con la aventura de los ladrones que se mezcló poco en la conversación general, pero la situación del pueblo de Bath suministró a su imaginación agradables asuntos: las fértiles montañas que lo circundaban la representaron en idea el valle de Tempé113.

—En un sitio como este –dijo– libertó la bella Andrónica al valeroso Hortensio114. ¡Ojalá que a nuestra entrada en el pueblo precediera una acción semejante!

—Para realizar ese deseo, prima, era menester que sucediera una desgracia y creo que no querrías poner tu buen corazón a una prueba desagradable.

—Con sobrada frecuencia se presentan ocasiones de señalarse a gentes que ni tienen la humanidad ni el celo necesarios para ejecutar grandes cosas; si cualquiera otro que la princesa de Mesina hubiera encontrado a Hortensio, era hombre muerto ignominiosamente por haber quitado de en medio a una cigüeña.

—¡Condenar a un hombre a morir por haber muerto a una cigüeña! ¿En qué país se usa tan ridícula crueldad? ¿En las Indias o allá entre los salvajes?

—No, tío mío, sino en Tesalia, en el país más hermoso de la Macedonia, célebre por el valle de Tempé.

—He tratado, sobrina mía, con muchísimos viajeros, pero ninguno me ha hablado de ese valle, de que infiero que no es tan famoso como dices.

—No sé lo que ha podido merecer la atención de los viajeros, pero si, por algún feliz acaso, fuera yo a Tesalia, es cierto que sería objeto de mi curiosidad un sitio tan celebrado por los poetas e historiadores.

—Prima –repuso Glanville–, ¿desearíais algún acaso que os condujese a Turquía?

—Por mí, confieso de buena fe que no lo deseo.

—Sobrina, ¿conque está en Turquía ese famoso valle? Preciso es que la comezón de viajar sea en ti una especie de furor, cuando tienes ganas de ir al gran Mogol, donde dicen que las gentes adoran al diablo115.

—El país de que habla mi prima, padre mío, pertenece al gran Señor, pues ya sabéis que el Mogol…

—Gran Señor, gran Mogol o como quisieres, que para mí todo es uno; mas ello es que Arabela no irá por allá. p. 177

—No, como algunos acaecimientos extraordinarios no me obliguen, porque…

—Siendo así, jamás verás el valle de Tempé, pues… no te llevarán a Turquía contra tu voluntad.

—Pues yo no hallo eso tan desnudo de verisimilitud: ¿no pudiera yo ser llevada a Macedonia si, por una cierta conformidad de destinos, tuviese yo la suerte de aquellas princesas ilustres, nacidas en las extremidades del mundo y reunidas en Alejandría?

—Si lo meditas bien, prima mía, verás que solo se encontraron para tener el gusto de contarse cuentos.

—De cualquier modo que sea –continuó Arabela sonriéndose–, no paséis pena por mí, porque, si alguna vez fuere a Macedonia, no me conciliaré el odio de los tesalienses con una indiscreción parecida a la de Hortensio.... Quizá no tenéis presente, tío mío, que la destrucción de una cigüeña, que entre nosotros nada es, era un crimen gravísimo en Tesalia: unas sierpecillas muy venenosas, que infestaban el país, son el pasto de dichas aves; los tesalienses se figuraron que los dioses les habían enviado cigüeñas para exterminarlas y, agradecidos, respetan a estos pájaros hasta el extremo de darles un género de culto. Hortensio se libró de la muerte por la intercesión de Andrónica y para que su delito quedase borrado, como si no hubiera sido, se le perdonó a condición de que reemplazaría con otra la cigüeña muerta116.

113 El valle de Tempé se encuentra en la región griega de Tesalia, a unos 35 kms. al noreste de Larisa, entre los montes Olimpo al norte y el Osa; por él transcurre el río Peneo, cuya cuenca da ocasión a importantes precipicios. El topónimo se entendía en la época de Lennox como sinónimo de lugar bucólico, como aquí quiere caracterizarse a la estación termal de Bath. Mantengo la acentuación aguda del original porque reproduce la forma griega antigua y se repite sistemáticamente.

114 El rescate de Hortensio por Andrónica (la princesa de Mesina, como indica el texto unas líneas más abajo) se describe en Clélie IV.1 (Dalziel 405).

115 ‘ir a la India’. El «gran Mogol» es el emperador de la India, frente al «gran Señor» de unas líneas de más abajo, también llamado el gran Turco o emperador de los turcos; la aparente confusión geográfica de este pasaje viene dada porque Macedonia, donde se halla el valle de Tempé, pertenecía a Turquía en la fecha en que se escribió esta novela.

116 Parece que, en efecto, en la antigua Tesalia, la cigüeña era animal especialmente venerado por cazar serpientes, de manera que matar a una de ellas podía ser castigado muy severamente, incluso con la muerte.